Visita a la bodega de Remelluri, un recorrido cultural
Atendimos la invitación del Presidente de la sociedad Kurpil Kirolak para pasar un día en la Rioja Alavesa el pasado sábado 25 de noviembre. Salimos a las 8:00 horas de la mañana desde la Plaza de S. Juan en autobús, unas cuarenta personas. La primera parada fue en Treviño para un primer refrigerio, o desayuno: Caldo, morcilla de Burgos, pimientos, huevos fritos, chorizo y jamón frito, regado con vino o sidra a voluntad. Terminamos con un café, para salir a continuación hacia La Bastida, donde realizamos otra parada para visitar el pueblo. En una hora, aproximadamente subimos hasta lo más alto y recorrimos algunas de sus calles, para de vuelta al autobús, coger el camino de la Granja de Sta. María de Remelluri. Otra parada para ver una zona de enterramientos en roca, donde el personal, además de hacer cálculos de la estatura de los usuarios de aquellos nichos, degustó unas racimas de uvas de las que los vendimiadores dejan en las cepas porque están verdes.
La vista a la bodega comenzó con una vista al pequeño museo, donde además de la historia de la finca y del inicio del cultivo de la vid, pudimos ver una de las antiguas puertas de la iglesia del Juncal de Irun, que el dueño de la bodega rescato, en su momento, de un chatarrero. Vimos unas proyecciones sobre la vendimia, el despalillado de la uva, la maceración y fermentación del vino, el trasiego de las cubas de acero inoxidable a las de roble y, de allí, a las barricas bordelesas de 225 litros. Pasamos a ver la zona del cementerio de botellas y de allí al comedor. Vino reserva en la mesa, de nuevo morcilla asada, puerros con vinagreta, pimientos, patatas a la riojana y chuletillas de cordero, café y chupito. Otra vez al autobús y esta vez para llegar hasta Laguardia, una población a la que llegamos entre dos luces. Visita rápida, una cerveza y ya esta vez el caminos es el de regreso a casa. Aun hubo otra parada, esta no prevista, para desaguar ya que el personal no aguantaba. Las canciones en el autobús en el regreso a casa fueron abundantes y en algunas ocasiones que nos las sabíamos casi todos, hasta parecía que sonaban bien. Son las 20.45 horas cuando nos depositan en el mismo lugar desde donde salimos a la mañana. Ha sido una jornada agradable y de confraternización. Hasta el año que viene. Ikusi arte lagunak.